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Columna de Opinión: “Consorcio Science Up, formando las y los profesionales que demanda la sociedad actual”

Dr. Juan Escrig, Decano de la Facultad de Ciencia de la Universidad de Santiago de Chile e investigador de CEDENNA.

Hay tres temas que preocupan a las universidades chilenas que están formando a las y los futuros científicos quienes son fundamentales para el desarrollo del país. Estos son la armonización de los currículos, con el objetivo de fomentar el espíritu emprendedor e innovador de las y los estudiantes, fortaleciendo además la internacionalización y transversalización de las carreras científicas; la imprescindible vinculación de estas casas de estudio con el entorno social y productivo, con especial atención en las comunidades de cada territorio y región en la que se encuentran las universidades; y dar paso a una mayor presencia femenina en las carreras científicas, no solo porque somos conscientes de las brechas de género presentes en las disciplinas STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), sino que también porque la experiencia ha demostrado que los equipos mixtos se complementan y trabajan mejor.

Tres universidades, la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), la Universidad Católica del Norte (UCN) y la Universidad de Santiago de Chile (USACH), todas con una fuerte vocación social y regional, han creado el Consorcio Science Up a partir de la adjudicación del proyecto Ciencia e Innovación para el 2030 de la CORFO, buscando implementar un plan de desarrollo estratégico que les permita trabajar, desde sus facultades científicas, en las tres áreas previamente mencionadas considerando desafíos para el corto, mediano y largo plazo.

Llegar a esta etapa no fue sencillo, ya que requirió primero de un diagnóstico interno en cada institución, que permitió detectar las brechas en innovación y emprendimiento que tenían nuestras carreras científicas, además de un benchmarking internacional (Universidad de Pittsburgh, Universidad de Carnegie Mellon y Texas Tech University en Estados Unidos; Universidad de Bristol en el Reino Unido, Universidad de Radboud en Holanda y Universidad de Ciencias Aplicadas de Munster en Alemania), el cual nos permitió detectar las buenas prácticas factibles de implementar en nuestras instituciones.

Es importante tener presente que toda transformación, para que logre su fin, requiere consensuar visiones comunes, razón por la cual las acciones y actividades del Consorcio son construidas con y para la comunidad universitaria. Un ejemplo de esto es la iniciativa Auspicio y Patrocinio Science Up, que busca apoyar iniciativas que promuevan la divulgación, valoración y/o fomento de la innovación, el emprendimiento de base científica tecnológica y la transferencia tecnológica al interior de las facultades científicas asociadas al Consorcio.

Además, la idea es aprovechar las fortalezas y trayectorias de las facultades individuales, así como la sinergia generada en el marco de este proyecto, razón por la cual, por ejemplo, la Facultad de Ciencia junto con la Facultad de Química y Biología de la USACH están organizando, en forma conjunta, tanto el Festival de la Ciencia, dirigida a público general, como la Feria Científica, dirigida especialmente al mundo escolar. Además, las facultades asociadas al Consorcio se encuentran trabajando para establecer un lenguaje común, definiendo competencias en innovación y emprendimiento que puedan dar origen a un Minor en Innovación y Emprendimiento para Carreras Científicas común. Así, en vez de competir, buscamos sumar esfuerzos.

Cuando hablamos de armonización curricular nos referimos a trabajar de forma coordinada para diseñar e implementar cambios curriculares y extracurriculares tanto en nuestras carreras de pregrado como en nuestros programas de postgrado, con el objetivo de formar estudiantes competentes en su formación disciplinar, pero -al mismo tiempo- con capacidades para desarrollar investigación aplicada, transferencia y desarrollo tecnológico, innovación de vanguardia y emprendimientos de base científica tecnológica. La idea es avanzar hacia un sello distintivo en la formación de profesionales altamente competentes tanto en lo disciplinar como en las habilidades de carácter transversal que demanda la sociedad actual. 

Cuando planteamos la necesidad de una mayor vinculación con el entorno socioeconómico, creemos imprescindible poner nuestra atención en las brechas de desarrollo de los territorios en los cuales estamos insertos, ya que la idea es contribuir activamente desde nuestras capacidades, pues la ciencia y la tecnología no solo nos permiten generar un impacto sobre la economía local, sino que también nos permite influir y mejorar la calidad de vida de sus habitantes.

Sobre este punto, comenzamos por identificar los actores claves, destacando nuestras y nuestros ex estudiantes con quienes estamos desarrollando un importante trabajo de fidelización, ya que a partir de ellas y ellos podemos vincularnos directamente con el sector productivo donde se desempeñan. La idea es generar un vínculo permanente y bidireccional, de beneficios mutuos, estableciendo relaciones de confianza y cercanía con nuestro entorno social y económico.

El trabajo del Consorcio no solo se centra en las competencias de nuestras y nuestros estudiantes, sino que también en la construcción y el diseño de estrategias que nos permitan fomentar el liderazgo y la participación femenina al interior de nuestras facultades científicas. Los desafíos del siglo XXI nos obligan a repensar y modernizar nuestros procesos de enseñanza, implementando metodologías de aprendizaje activo para la innovación educativa de nuestras carreras, pero considerando en todo momento las transformaciones culturales que nos permitan disminuir las brechas de género en el ámbito profesional y en las propias disciplinas. Para ello, estamos fomentando, desde etapas muy tempranas de formación, las vocaciones científicas tecnológicas, con especial énfasis en niñas y mujeres. 

En conclusión, el Consorcio Science Up, impulsado por tres de las principales universidades del país, nos permitirá formar a la próxima generación de científicas y científicos quienes, desde Chile, podrán construir un futuro lleno de oportunidades, siendo capaces de crear y exportar tecnología avanzada, impulsando una economía de innovación y bienestar para toda la sociedad.